Nuevo día y uno de los más interesantes. Hoy fuimos a la Gran Muralla China. Un viaje de unas 2 horas en autobús. Nos tocó madrugar pero mereció la pena. La Gran Muralla China es mucho más de lo que esperábamos y habíamos visto y leído. Es totalmente impresionante.

Antes de nada, el viaje lo cogimos organizado con el hotel (lo que era el bus). Seguramente podíamos haberlo encontrado más barato si lo cogíamos por nuestra cuenta pero decidimos cogerlo en el hotel porque al menos podíamos hablares en inglés (nuestro chino no es nada bueno jaja). El precio fue de 270 yuanes el transporte, desayuno, entrada y comida.

El camino fue largo, pero estábamos muy contentos. Mis amigos aprovecharon para echarse unas cabezadas en el bus, y yo aprovechaba para intentar escuchar al guía del bus que cambiaba del inglés al chino en muchas partes del relato.

Una vez llegamos a la base de la muralla, nos encontramos con que teníamos 2 opciones, o subir andando (que tardaríamos más o menos 1 hora en subir) o subir en telecabina (por el módico precio de 120 yuanes por cabeza). Hay que decir que merece la pena coger el telecabina porque subir andando hasta la muralla debe ser un paseo muy bonito pero también muy duro. Leímos que había camino de bus pero no llegamos a entender por donde llegaba hasta la muralla porque no vimos carreteras próximas.
Después de subir en el telecabina por fin comenzamos a ver la maravilla que esta construida. No tengo palabras para definir lo que es la Gran Muralla China. Es una sensación tan buena y maravillosa que te quedas un poco conmocionado. No obstante teníamos 3 horas para recorrerla y eso hicimos.

Comenzamos hacia el lado izquierdo que tenia una mayor elevación. Pronto descubrimos que habíamos acertado con el camino. Paso a paso subimos subiendo escaleras y rampas. Se notaba que la primera parte que recorrimos estaba reformada, ya que el suelo era mas o menos estable y baldosas muy similares entre ellas. Una cosa curiosa que observamos fue que cada escalón tiene una medida (altura) diferente, como si lo hubiesen hecho a posta para que te fijases mientras andabas.
El camino empezó más o menos llano pero pronto eso cambiaría. A los 10 minutos andando empezamos a elevarnos más y más, y llegamos a unos 10° de inclinación. Poco a poco costaba cada vez más subir y empezábamos a notar que nos sobraba el abrigo, a pesar de los -5° de temperatura que caía en nuestros hombros. El cielo lucia azul y el sol parecía calentar cuando estabas subiendo, aunque al parar para descansar, notabas todo el aliento del aire frío.
Seguimos caminando y llegamos a un tramo donde ya apenas quedaba gente. Decidimos ir un poco mas allá. Nuestro objetivo era llegar hasta unas letras que estaban escritas en lo alto de la montaña, que pudimos observar por primera vez cuando subimos con el telecabina. Las letras estaban bastante lejos pero logramos llegar hasta allí. Misión cumplida. Hora y media de camino por la Gran Muralla China.

Finalizamos nuestro camino en un punto donde la muralla estaba casi totalmente derruida y había solo quedaba un pequeño camino entre matojos. En ese mismo tramo, justo antes de que la muralla finalizase, estaba un «Serpa» allí acomodado (por llamarlo de alguna forma). Él mismo nos contó que subía cada día a la muralla para vender souvenirs, bebida y comida. Debía estar en muy buena forma, porque aunque no sea difícil llegar el subía y bajaba andando y no en telecabina como hicimos nosotros. Además, todo lo que portaba con él tenía que pesar bastante…

La conversación con el Serpa fue nuestro final del camino. Decidimos descansar un rato y comenzar la vuelta hacia el autobús. Teníamos 3 horas en total y ya habíamos gastado la mitad. No obstante, siempre es más rápido bajar que subir. Comenzamos a bajar por la muralla y aprovechamos para echarnos más fotos y sobretodo admirar las vistas que posiblemente no volvamos a ver nunca, pero quien sabe. He de decir que es de las mejores paisajes que he observado en toda mi vida.

Hoy la Gran Muralla China se ha ganado un hueco importante en mi memoria. Ahora comprendo que sea una de las 7 maravillas del mundo.

Después comimos con la gente con la que hicimos la excursión. Además nos topamos con dos chicas de Alicante. En la Muralla China y encontrarnos con gente de Alicante. ¿Quién lo habría pensado? Nosotros nunca jaja. Una vez finalizamos la comida, cogimos el autobús y volvimos a Pekín.

Por la tarde fuimos a sacar los billetes de tren a la estación oeste de Pekín. Allí vimos que los Chinos cuando construyen cosas, las construyen de verdad. La estación de tren más grande que he visto en mi vida. Los carteles, informaciones y demás tipo de información estaba totalmente en chino. Hicimos bien en ir hoy para sacar los billetes y no esperar al día del viaje a Xi’an. Una vez sacados los billetes de tren, volvimos para el hotel.

Ya por la noche intentamos, por segunda vez, comer pato Pekín pero tampoco tuvimos suerte. No quedaban patos. Mañana probaremos otra vez suerte en otro restaurante. Mañana será el día! Ya está decidido, mañana iremos al restaurante de los restaurantes. Iremos al mejor restaurante que sirven Pato Pekín de toda China.

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