Hace ya varios años que llegué a la isla. En un principio iba a ser algo provisional, un cambio importante en mi vida: nueva ciudad, nadie conocido, nuevo trabajo…

Las personas por naturaleza somos reacios a los cambios y nos cuesta mucho salir de nuestro «circulo de confort». Tanto es así que muchos de nosotros dejamos pasar oportunidades o retos por miedo al rechazo o fracaso. Bueno, después de dos años viviendo en Palma de Mallorca puedo decir que acerté al tomar la decisión de venir a vivir.

Playa de Palma

 

Frío

La isla de Mallorca tiene grandes contrastes. Puedes pasar en poco tiempo de un paisaje de montaña a unas calas con arenas blancas. Se puede decir que junta casi lo mejor de los dos sitios. Muchos tienen la creencia que en Mallorca solo existen playas y aunque no están del todo equivocados, la Sierra de Tramuntana una de las cosas que hace que te enamores de la isla. Hace unos meses, con el frío, el paisaje que dejaba la sierra era un paisaje distinto a lo habitual… un manto de nieve envolvía todas las montañas.

Calor

Simplemente cuando hace calor es momento de aprovecharlo dándose un baño en cualquier de las calas de Mallorca. La calidad de las aguas, la temperatura, la belleza de los recovecos de cada cala… simplemente es espectacular. Ya va llegando el verano y se va notando que en las playas ya van cogiendo ambiente veraniego. Muy pronto, estarán llenas de turistas… cosa que yo mismo fui hace muy poco tiempo.

Amigos

Como comentaba antes, no es fácil coger y cambiar de vida de un día para otro. Ni incluso planificándolo con tiempo resulta sencillo. Las personas solemos tener miedo a los cambios. Ahora mismo mientras escribo esto estoy pensando que será de mi vida en unos días, semanas, meses, años… He llegado al punto que estaba en mi pueblo, de donde partí, cuando tome la decisión de venir a la isla. Ahora «conozco» la isla, a la gente, mi barrio, el trabajo, el deporte… Es un momento en el que parar y pensar. ¿Debo aprovechar y marcharme antes de que siga cogiendo más cariño a la gente? Puede ser algo egoísta por mi parte pero, tal vez, si me quedo más tiempo me costará más alejarme de las personas que me rodean. Por suerte me han acogido unos amigos extraordinarios y cada vez disfruto más de los momentos aquí. Seguiré pensando que hacer… mientras tanto sólo queda disfrutar cada momento.

 

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